Robert Johnson tuvo al blues y fue como escuchar aullar al viento.
En una región azul
de riachuelos, diques, pantanos y canales
Robert Johnson tuvo al blues
Y era como escuchar aullar el viento.
Aprendió pronto a tocar la música del Delta
La música de guitarra que se hacía fuera de la casa del señor
El blues afuera, adentro el Gospel
Aprendió sin saberlo
La desviación de la armonía
De Son House y Billy Brown
En principio sabía que aquello no era nada
La guitarra de Robert Johnson sonaba sucia y ruidosa
y hacia que las audiencias se espantaran ante el estruendo
Robert Johnson tuvo el blues
Pero el blues no tenía electricidad
Y decidió buscarla en la carretera
Recorrer la Highway 7
Encontrar feed-back
Y completarse
Se sabe muy poco
Surgió el mito, entonces
En la encrucijada
Donde se cruzan La autopista 61 con la 49
Le vende el alma al diablo
A cambio de electricidad
Y regresó
Pero su carácter se tornó más sombrío
Y podía transmitir una emoción
Pero su destino se tornaba cada vez más incierto
Del hotel Gunter de San Antonio
Salieron las 29 canciones
De la habitación 414
Sonidos entrecruzados de bajo
Y metálicos compases sólidos
El prototipo del rock’n roll
La lírica del siglo XX
Bach al fondo y Mozart a lo alto
Robert Johnson no vio su legado
Murió en Greenwood a los 27 años
Envenenado por un marido celoso
El diablo cobró su parte
Y fue como escuchar aullar al viento
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